Estas intermitencias de la palabra persiguen dotar de significado a momentos de una vida que tiene sus raíces en otro lugar, en otra lengua. Una lengua que nos trae imágenes legendarias y paisajes extranjeros que impregnan sus versos con cadencias propias. Hay una cualidad onírica en los versos de Corina Oproae, versos que escribe apenas queriendo, /como quien prolonga /un sueño al despertarse. Sueños de mundos que existen dentro de este, que se alimentan de recuerdos y de antiguos poemas, que se renuevan cada día entre la ausencia y el deseo. En algún otro lugar, /las palabras caminan de espaldas a la vida. Palabras migrantes que se apoderan del espacio interior y hacen añorar el silencio.