Decía Carlos Pujol, con esa lucidez que tuvo siempre, que el estilo ideal es el que parece único
utilizando las palabras de toda la vida. Y añadía: Esto no es un imposible, sino el secreto de la personalidad.
Y eso, personalidad, una manera realmente propia (no falsa, ni imaginaria, ni prestada) de ver y de sentir la vida, es lo que ante todo hay en este libro, como en la obra entera de Mario Míguez. Si a esto añadimos la capacidad para unir lo inteligente a lo sensible de que él mismo habla en uno de los poemas, el retrato estará completo.
Un ser humano veraz (personal, hondo, auténtico), dando vida (haciendo sensible) a cuanto piensa y a cuanto siente, en breves palabras esenciales: eso nada más, nada menos es lo que ofrecen estos Versos aparte.
