Annie Ernaux se esfuerza aquí por reencontrar los diferentes rostros y la vida de su madre, muerta en 1986, al término de una enfermedad que había destruido su memoria y su integridad intelectual y física. Ella, tan activa, tan abierta al mundo. Puesta al día de la evolución y la ambivalencia de los sentimientos de una hija por su madre y apego visceral a la anciana disminuida.