Parece que el ritmo actual no deja demasiado espacio para la perseverancia. Sin embargo, a menudo esta virtud es responsable de nuestro destino. Pero ¿qué es lo que motiva la perseverancia, a veces hasta el sacrificio personal? Tal vez la respuesta se encuentre, precisamente, en aquel componente sagrado que parece inseparable de la propia palabra.