De una parte Michel, un genio de la biología, trabaja en la fórmula para alcanzar la reproducción sin pasar por el placer. Como contrapunto, su hermano Bruno, misántropo, profesor de literatura, no sabe vivir sin la obsesión por el sexo como enfermedad y dolor. Los personajes forman parte de una utopía distópica en la que la necesidad sexual se cuestiona tanto como se reclama.