Fondeado en una pequeña isla frente a la costa de Chile, el capitán Amasa Delano divisa un barco que parece estar en apuros. Al acercarse, ve que se trata de un mercante español, el Santo Domingo, «dedicado al transporte de negros», y comprueba que, en efecto, ha pasado muchas calamidades. Hay, sin embargo, otros indicios de que la situación es aún más anómala de lo que parece.