Oyes pasos. Se posan impalpables. No llegan o se van. ¿Pero están en la estancia? Como si al respirar fueran la hierba que nacerá en otoño alrededor de los troncos de pino achicharrados, y no otro corazón sino otras manos arrancaran la hierba que no está del corazón del viento hoja a hoja; se produce en el golpe un nacimiento, escúchalo latir en otras manos.