Escrita con un sobrecogedor pulso narrativo, Adolfo García Ortega relata en esta novela las vidas truncadas de tres jóvenes gallegos que ETA asesinó al confundirlos por policias y las de sus verdugos, a la vez que muestra la atmósfera social y política que se respiraba en 1973 en el sur de Francia, donde los terroristas se preparaban para intervenir sangrientamente en la dictadura de España.