«Esta obra no es un libro para personas que lo toman todo en serio y a todo dan importancia. Pero al lector benévolo, que tal vez tenga la disposición y la buena voluntad de olvidar por unas horas las cosas serias y de avenirse al juego impertinente y caprichoso de un duende quizás a veces atrevido en exceso, humildemente le pedimos que no pierda de vista la base de toda la obra del autor.»