La poesía es una flor extraña. La que contienen estos versos oscuros y brillantes de Beñat Arginzoniz pertenece también a esa extraña botánica de flores raras. Oscuro animal celeste parece un libro escrito más allá o más acá de la vigilia. De ahí su naturaleza excéntrica, porque la poesía ?como nos recordaba el propio autor en su ensayo" La herida iluminada"? no se escribe en un estado normal de vigilia, sino que es necesario estar más dormido o más despierto. El resultado, entonces, emparenta con los ricos universos simbólicos de poetas como García Lorca o Antonio Gamoneda. (Del prólogo de José Fernández de la Sota.)