- Editorial:
 - DEBOLSILLO
 - ISBN:
 - 978-84-663-3993-3
 - Páginas:
 - 576
 - Encuadernación:
 - Bolsillo
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LA PARTE INVENTADA
FRESAN, RODRIGO
Disponibilidad:
¿Cómo funciona la mente de un escritor? La parte inventada es el primer volumen de la trilogía que  Rodrigo Fresán dedica a sumergirse en la mente de un escritor para desentrañar todo lo que pasa ahí dentro. La parte inventada busca respuesta a esa pregunta (cómo funciona  la mente de un escritor) adentrándose en la mente de un escritor que  trata de escribir su propia historia. O de reescribirla a su manera. La  historia de alguien que conoció cierto éxito hace unos años, en el siglo  y milenio pasado, pero que ahora siente que ya no hay lugar para él, ni  en el mundillo literario ni en el gran  mundo. Y que -entre las  partículas aceleradas de letras de Francis Scott Fitzgerald, música de  Pink Floyd, un antiguo juguete a cuerda y el paisaje de las playas de la  infancia- cree que ha llegado el momento de contar su versión del asunto... «Con el tiempo, le preguntarán, una y otra vez, aquello de  "¿Cómo se le ocurren esas ideas que escribe?". Interrogante casi obligado al que se responde -al que él responderá, siempre- con  vaguedades eternas o con certezas que se olvidan al día siguiente.  Y se  preguntará a sí mismo cómo es que nunca le preguntan algo mucho más importante o, al menos, más interesante. Por qué nunca le  preguntan "¿Cómo se le ocurrió la idea de ser escritor?".» Reseña:
«La parte inventada ha despertado toda mi atención y admiración.  Hay tiniebla en él, pero acoge luces en su interior, porque es brillante  su prosa dirigida a lectores de antes; prosa que arde al modo de un  cohete que como una araña explotara entre las estrellas y que incendia  en su afán por extremar el estilo, la voz propia, y así de paso, como  quien no quiere la cosa, maniobrar como si  nada se hubiera colapsado en  el mundo editorial y Nabokov siguiera, imperturbable, moviendo alfiles  en los atardeceres de Montreux, es decir, se pudiera seguir escribiendo como en los buenos tiempos.»
Enrique Vila-Matas, El País