La segunda mitad de los sesenta es crucial en la historia del pop y el rock. Se cuenta, con profusión, la presencia de formaciones y personalidades nacionales que marcan el momento pero también el influjo internacional y las numerosas visitas exteriores. Clave es aportar una visión transversal, global, año a año, incidiendo en todos los géneros convivientes y mostrando toda esa cultura popular que personifica un tiempo diferente: moda, diseño gráfico, radio, televisión, revistas, diarios, nuevo cine, publicidad, reproductores e industria discográfica. Se palpan subculturas, drogas legales e ilegales y una sensación de estar conectados, permanentemente, con el exterior. Y es que, más allá de los avatares políticos, la variedad artística de Los Bravos a Serrat y de Aute a los jovencitos Paco de Lucía y Camarón de la Isla es incesante y, al margen de importar fenómenos, se exportaban diferentes nombres y corrientes al mundo.