Nelson Dyer reside en Nueva York donde trabaja de cajero en un banco. Hastiado de la irrelevancia de su vida, se traslada a Tánger donde se sumerge en los bajos fondos de la ciudad: sus bares y burdeles; sus salas de cine porno; sus aristócratas y sus prostitutas... Allí se ve arrastrado por una serie de acontecimientos cada vez más siniestros de los que parece imposible escapar.