En esta intensa novela familiar, Kovac nos conduce a una época y un lugar perdidos, su infancia y juventud en la Yugoslavia socialista, con la intención de liberarse de toda forma de nostalgia. El resultado es una verdadera epopeya que procede por elipsis, con un estilo rapsódico y visionario que recuerda a los grandes maestros de la narrativa balcánica.