«Mi propósito es considerar la etapa creadora y original del pensamiento chino, vale decir, la época de su desarrollo intelectual autóctono (770-221 a. C.) previo a la irrupción del budismo en China (a partir del siglo I d. C.). Leer a la China no es presentar lo exótico y lo ajeno sino volver sobre los elementos constructivos del pensamiento».